
Sin
embargo, el conjunto cajetero continuó siendo constante en su camino
futbolístico, por lo que su tenacidad se vio recompensada para la temporada
1957-1958, cuando lograron obtener el boleto rumbo al máximo circuito. A partir
de ese instante, los dirigidos por el argentino Florencio Caffaratti
comenzarían a rubricar la historia del Celaya FC en la primera categoría.
La nueva
etapa del club comenzó bajo el mando de Javier de la Torre, histórico mandamás
que posteriormente dirigió al campeonísimo Guadalajara de los años 60. Celaya
inició su aventura en Primera División con el pie izquierdo, pues registraron
únicamente cuatro victorias y al final de la temporada estuvieron a un paso del
descenso.

La década
de los 60 pasó sin gloria para el equipo del Bajío, llegando a desaparecer para
comienzos de la siguiente década, en 1970. Sin embargo, la Ciudad de Celaya
continuó teniendo representantes en divisiones menores; tal es el caso del Club
Celaya y del Club Tecnológico de Celaya, que se retiró para el año de 1978. Fue
hasta los años 90, que esta plaza gozó nuevamente de un fútbol de mayor nivel
con la creación, en 1994, de La Primera División A, que sería la segunda
categoría del fútbol mexicano y que buscaba acortar el nivel futbolístico entre
los dos principales torneos de nuestro país.
Es así,
que el recién surgido Atlético Celaya se unió a otros equipos de Segunda
División como Gallos de Aguascalientes, Irapuato, La piedad, Pachuca, San Luis,
Zacatepéc, entre otros, para conformar este nuevo proyecto, etapa en la que Los
Toros de Celaya tuvieron un éxito rotundo, consolidándose como el primer
campeón en la historia de esta categoría y en el primer ascendido a la Primera
División Profesional, dejando en el camino a los Tuzos del Pachuca.
La rápida
e inesperada conquista del club guanajuatense no estaba dentro de las
perspectivas de la directiva cajetera, dirigida por Enrique Fernández Prado,
sufrió para conformar un cuadro de Primera División al no contar con el capital
necesario. Es así, que la afición local contribuyó a conseguir los fondos
necesarios para la remodelación del Estadio Miguel Alemán Valdez, así como para
el saneamiento de las finanzas del club.
En su
nueva aventura, Atlético Celaya fue el centro de atención al oficializar la
contratación de la figura del Real Madrid, el español Emilio Butragueño, quien
de forma inmediata se erigió como ídolo y héroe de la afición cajetera. Con
esta nueva incorporación, el equipo se encaminó a los hasta el partido por el
título, de la campaña 1995-1996, ante los Rayos del Necaxa, superando a equipos
como Monterrey y Veracruz en los cuartos de final y las semifinales,
respectivamente.
A pesar
del buen momento por el que cruzaba Atlético Celaya, el equipo dirigido por
Juan Manuel Álvarez sucumbió en la gran final ante Necaxa, bajo el marco de un
majestuoso Estadio Azteca que contó con una mayoría de afición cajetera. Los
del Bajío igualaron a cero en el juego de vuelta, pero el empate a uno en el
marcador global beneficiaba a los Rayos por el gol de visitante.
Posterior
a esta gran campaña, el Fútbol Mexicano experimentó una transformación en la
que se implementaron los torneos cortos, nueva etapa en la que Atlético Celaya
no volvió a figurar entre los equipos protagonistas e incluso, la lucha por no
descender se convirtió en una constante a pesar de la llegada de jugadores
importantes como Hugo Sánchez y el hondureño Carlos Pavón.
Para la
temporada 2001-2002, el club fue adquirido por Jorge Rodríguez Marié,
propietario que decidió emigrar al equipo de sede, cambiando el nombre de la
institución a Colibríes de Morelos. Bajo este nuevo ciclo, la institución
morelense operó bajo conflictos que evitaron la prosperidad del proyecto, como
falta de pagos de nómina, un estadio con falta de infraestructura y diversos
problemas administrativos que culminaron con la inconformidad de los propios
jugadores, aunados a los malos resultados sobre la cancha.
Es así,
que Colibríes de Morelos terminó siendo desafiliado de la Federación Mexicana
de Fútbol y vendido como franquicia, cambiando nuevamente de nombre, a
Trotamundos de Tijuana.


Pero la
Ciudad de Celaya continuó disfrutando de fútbol, pues tras varios intentos por conformar
un equipo estable en esta plaza, en 2008 resurge Celaya F.C. con la
intervención de la compañía Promotora Deportiva M, sociedad anónima que inició
actividades después de sostener las negociaciones pertinentes con las
autoridades municipales.
Posterior
a la renovación de los Cajeteros, el equipo acogió bien el nuevo proyecto,
logrando ganar la final de la Segunda División en 2010, ante Tampico Madero, y
haciéndose acreedor a medio boleto rumbo a la final por ascender a la Liga de
Ascenso, que más tarde disputaría con el monarca del siguiente torneo, el
equipo de segunda división de las Chivas de Guadalajara.
Celaya
F.C. fue contundente y con un 3-1 en contra de las Chivas, consumo el sueño de
llegar a la Liga de Ascenso para el Apertura 2011, donde actualmente milita en
la espera de mejores momentos, ahora en la nueva etapa de ASCENSO MX.
Bajo el
mando del presidente Alejandro Márquez, Celaya F.C. estará a la espera de
regresar al fútbol de Primera División y retribuirle el apoyo a su siempre fiel
afición, buscando emular aquella dorada época en la que incluso probaron las
mieles del subcampeonato en la década de los 90.
